En términos generales, sabemos
que la autoestima es el grado de aceptación de las cosas positivas y negativas
que tenemos. Algunos tienen una autoestima demasiado alta, lo que les hace creer
que son superiores a los demás, mientras otros carecen de ella y piensan que no
valen nada. El equilibrio entre ambas, es la mejor opción.
Si nos fijamos en las personas
que están alrededor, vemos que algunas están felices, se cuidan, se respetan,
logran superar sus dificultades fácilmente, tienen buenas relaciones con los demás,
son exitosas, en fin, son personas que disfrutan la vida; esta gente tiene una
autoestima saludable. Por el contrario, otras dudan de sus capacidades, son
miedosas, se consideran feas, piensan que nadie las quiere, que todos la
juzgan, se la pasan mendigando cariño como
si esa fuera la solución a su problema, no saben qué hacer ni a donde ir, se
vuelven dependientes de los demás; estos, tienen poca o nula autoestima.
Ahora les pregunto: ¿cómo anda tu
autoestima? Si consideras que eres una mujer con una buena autoestima, te
felicito, mantente así, no dejas que nada ni nadie te robe eso tan precioso. Solo
te digo que no caigas en la egolatría. Tener una buena autoestima implica ser
humilde también, quererte y querer a los demás. Así como el mismo Jesús lo dijo
“Ama a tú prójimo como a ti mismo”. Ese es el secreto de una vida feliz y en
paz. Dar lo mejor de ti para el bienestar de los demás, sin olvidar el bienestar
propio; si te quieres, es más fácil querer a los demás.
Ahora, si tu autoestima no es muy
buena, te recomiendo estos consejos que te serán de gran utilidad: