miércoles, 13 de agosto de 2014

“El Apego No Es Amor”



Amigas, les pregunto si se sienten identificadas con esto: haces todo por alguien y cualquier cosa por agradarle, así esté en contra de tus principios éticos, morales y religiosos; le das todo tu tiempo y cambias tus gustos por los gustos de esa persona; la llenas de detalles, ternura y cariño;  le dices constantemente: “te quiero”, “te amo”, “eres lo mejor de mi vida”, “no puedo vivir sin ti”; te sientes culpable por no recibir el afecto que quieres a pesar de dar todo el tuyo; justificas el poco amor recibido, “es su manera de amar”; minimizas sus defectos, “nadie es perfecto”; sigues creyendo que hay amor donde no lo hay, “yo sé que todavía le gusto”; insistes en recuperar un amor perdido, “intentaré nuevas estrategias de seducción”. Y a pesar de tu desgaste, lo que recibes a cambio es indiferencia, frialdad y desprecio.

Si es así, es hora de detenerte. Estás apegada a una persona y en la mayoría de los casos, eso no es amor, porque el amor te permite ser quien eres con toda libertad. Lo que lleva a una situación de apego afectivo es la baja autoestima, el miedo a estar sola o a ser rechazada y creer que la felicidad depende de otra persona; por lo tanto “no me importa si me quieren o no, sólo necesito estar al lado de alguien para sentirme segura”.


Una de las soluciones: ¡Sé realista! mira la situación como en realidad es, no te engañes. Trabaja en tu estima, fomenta en ti el autorrespeto y el autocontrol. Ámate primero para que alguien más pueda amarte. Mírate al espejo y di: Soy valiosa. Cualquiera no merece mi amor. Soy libre para decidir. Merezco que me amen. Y Recuerda que “quien te quiere no te lastima”.

En resumen: “El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad. Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona, cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último rincón, cuando perdemos la vergüenza, cuando los secretos dejan de serlo, al menos merecemos comprensión. Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de los casos, ligereza. Cuando amamos a alguien que además de no correspondernos desprecia nuestro amor y nos hiere, estamos en el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del afecto que le prodigamos. La cosa es clara: si no me siento bien recibido en algún lugar, empaco y me voy”.

Les comparto este enlace que encontré para que descarguen el libro “Amar o Depender” de Walter Riso, de aquí extraje parte de lo que les escribí: http://www.liceosiglo21.com/amar_o_depender.pdf. Es un gran libro, se los recomiendo a aquellas que como yo, están en busca de la libertad y felicidad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario