viernes, 5 de septiembre de 2014

La Amistad: Un Gran Tesoro




En este día quiero compartir con ustedes mi experiencia sobre la amistad, ya que ha sido y sigue siendo parte fundamental en mi vida.

Siempre he sido una mujer de pocos amigos, pero puedo decir que los pocos que tengo son verdaderos amigos. Especialmente quiero mencionar a tres de ellos, uno me enseñó el camino que conduce a Dios y con él conocí lo que es el amor de una amistad verdadera; el otro hizo que descubriera lo mejor de mí y además me guió para que fuera una mujer libre y feliz, y el último que conocí, me ha inspirado a luchar por mis sueños, a ser un mujer fuerte, optimista y sin miedo.

Por esta razón yo creo en la amistad verdadera y me sorprende cuando veo en la redes sociales frases que dicen que los amigos no existen. Los amigos sí existen, el problema es que los buscamos en lugares inadecuados o abrimos muy rápido nuestro corazón a alguien sin conocerlo a fondo.

Una amistad es fácil de reconocer, ella no es simplemente tener a alguien con quien salir a una fiesta y disfrutar un noche. La amistad es tener a tu lado a alguien que te de una palabra de aliento cuando sientes que el mundo se derrumba a tus pies; alguien que te apoye cuando todos te han dado la espalda, alguien que limpie tus lágrimas y que además haga tonterías para hacerte reír y verte feliz nuevamente; alguien que sepa escucharte y aconsejarte, que sea capaz de regañarte cuando vas por mal camino y que te acepte con tus defectos y errores sin juzgarte, pero que sea lo suficientemente sincero para corregirte.

Si en estos momentos de tu vida tienes a esa persona que te ha brindado su amistad incondicional, préstale atención, no la dejes ir, fortalece esa amistad; así como se construye una relación de pareja, con pequeños detalles, así también se construye una amistad sólida.

Para concluir les dejo este pasaje de la Biblia donde habla sobre la verdadera y falsa amistad (me encanta leerlo):

“Las palabras dulces multiplican los amigos y un lenguaje amable favorece las buenas relaciones. Que sean muchos los que te saludan pero el que te aconseja, sea uno entre mil. Si ganas un amigo, gánalo en la prueba, y no le des confianza demasiado pronto. Porque hay amigos ocasionales, que dejan de serlo en el día de aflicción. Hay amigos que se vuelven enemigos, y para avergonzarte, revelan el motivo de la disputa. Hay amigos que comparten tu mesa y dejan de serlo en el día de la aflicción. Mientras te vaya bien, serán como tú mismo y hablarán abiertamente con tus servidores; pero si te va mal, se pondrán contra ti y se esconderán de tu vista. Sepárate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos. Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor. Un amigo fiel es un bálsamo de vida que encuentran los que temen al Señor. El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo.” (Eclesiástico 6, 5-17)

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